La consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón, María Victoria Broto, visitó el viernes 19 de enero la residencia y centro de día de mayores de Alagón, que acaba de obtener la Certificación en la Norma Libera Care, lo que le convierte en el primer centro público aragonés libre de sujeciones.

La residencia de Alagón, que está gestionada por el grupo gestor Albertia Servicios Sociosanitarios, recibió recientemente esta certificación de la Fundación Cuidados Dignos, tras la valoración favorable obtenida en la auditoría llevada a cabo en junio.

La consejera señaló que “el Gobierno de Aragón está poniendo todo su empeño en la atención a las personas mayores, sobre todo a los dependientes”. Prueba de ello, dijo, es que esta legislatura se ha incrementado un 14% el número de plazas residenciales para mayores dependientes (actualmente hay 3.786). En el caso de las plazas concertadas el incremento esta legislatura ha sido de un 43%, pasando de 1.147 a 1.628.

Pero no solo han incrementado las plazas, detalló la consejera, sino que se está trabajando la calidad de la atención a las personas que están en las residencias. Así, puso como ejemplo el plan de inspección de residencias privadas y el proyecto llevado a cabo en el centro de Alagón: “El equipo directivo y los trabajadores de esta residencia han trabajado durante mucho tiempo en el desarrollo de este proyecto, que permite eliminar las sujeciones tanto físicas como farmacológicas a los mayores y diseñar un proyecto de atención personalizado”. Por ello felicitó a los trabajadores del centro por su implicación ya que adquieren un papel mucho más proactivo en la atención a los usuarios.

El proceso de cambio de modelo asistencial en Alagón comenzó a mitad de 2015 con formación para el equipo directivo y se desarrolló en 2016 y primer semestre de 2017. La participación activa de profesionales del centro, residentes y familiares ha sido fundamental y los resultados están siendo muy positivos.

La implantación de este modelo de atención no solo conlleva la eliminación de sujeciones físicas y farmacológicas sino sobre todo sitúa al residente en centro de la atención, teniendo él mismo gran capacidad para tomar decisiones sobre los servicios que recibe.